Padres: 5 hábitos saludables que puedes instalar en tu casa
Como padre, es normal que quieras que tus hijos crezcan sanos y felices. Esto significa que tengan conciencia sobre las inmunizaciones y los controles, enseñarles sobre la prevención de gérmenes y darles una buena base para un estado físico y alimenticio saludable.
¿Fácil, no? Quizás no... pero ayudar a tus niños a desarrollar hábitos saludables durante sus años de formación puede brindarles bienestar de por vida.
Hábitos saludables = niños felices
Desarrollar hábitos saludables va más allá de la batalla contra problemas de peso. La salud en general puede fortalecer al sistema inmunológico de tu niño y reducir las probabilidades de que se agarre un resfrío, gripe, u otras enfermedades.
Los niños sanos son más felices. Motiva a tus niños a que participen en hábitos saludables y recuérdales que si están enfermos no se sentirán lo suficientemente bien como para disfrutar de sus actividades o comidas favoritas.
Hábito #1: Disfruten de un buen dormir
Los niños naturalmente se rehúsan a dormir, pero asegurarse de que duerman bien es vital. Las personas que descansan bien no sólo son más felices sino que están más alertas, y son mejores al combatir los gérmenes. Un niño por lo general debería dormir entre 9 a 10 horas por noche.
Puedes ayudarlos a que quieran dormir al crear y ajustarse a una rutina.
Hábito #2: moverse y disfrutar
Otra forma en que los chicos se pueden mantener sanos, y hacer que el momento de irse a la cama sea más fácil, es asegurarse de que realicen una cantidad suficiente de actividades. Los niños que pasan mucho tiempo en actividades sedentarias, como con la computadora o televisión, no gastan la suficiente cantidad de energía como para cansarse o quemar calorías para mantenerse sanos.
Motívalos a que disfruten juegos activos como andar en bicicleta, saltar la soga o en actividades menos energéticas (pero activas) como bailar.
Hábito #3: un buen descanso
Aunque es importante que tus niños permanezcan activos y aprendan, también deben recargar energías y comportarse como niños. Ofrecerles la suficiente cantidad de tiempo para que descansen trae beneficios:
Motiva a la creatividad y a la imaginación
Ayuda a quemar el exceso de energía
Libera el estrés de las responsabilidades
Ayuda a desarrollar habilidades de independencia y los vuele más sociables
Hábito #4: romper con el ciclo de azúcar
Alimentar a tu hijo de forma nutritiva lo ayuda a mantenerse sano y crea hábitos que llevará hasta su adultez. Recuérdales cuán importante es desayunar todos los días. Evita el cereal dulce y cámbialo por el integral o entero, avena, frutas, tostadas, queques, huevos y otras comidas nutritivas.
Si es posible, empaca las comidas de tus hijos para la escuela con opciones nutritivas de todos los grupos alimenticios, o háblales sobre cómo deben elegir sus comidas en la cafetería. Disfruta de una comida familiar por la noche para que puedan reconectarse mientras les sigues enseñando sobre comidas saludables.
También, ayuda a tu niño a desarrollar un hábito de beber mucha agua durante todo el día. Haz hincapié en la importancia de aumentar el consumo de agua en el verano, especialmente cuando realizan actividades cansadoras.
Al reforzar todos estos hábitos en casa, le darás a tu niño una buena base para una vida sana y saludable.
Hábito #5: Limpios de pies a cabeza
Los hábitos de higiene personal comienzan a formarse a una edad temprana. Enseña a tu hijo la importancia del lavado adecuado y el baño regular, además de lavarse las manos frecuentemente durante el día. Asegúrese de que su hijo está practicando una buena salud oral a través de:
Cepillarse los dientes por lo menos dos veces al día
Usar hilo dental todos los días (se puede ayudar a los niños menores de 8 años con hilo dental)
Visitar al dentista con regularidad
Limitar las comidas azucaradas y bebidas que pueden causar caries en los dientes
El uso regular del shampoo y el cuidado del cabello también es importante. Para los niños pequeños, el shampoo cada 2 días está bien, pero los pre-adolescentes y adolescentes deben lavarse el cabello todos los días. Estate alerta a la aparición de piojos de la cabeza, una infección muy común y contagiosa que a menudo se contagia en la escuela. Si la escuela de su hijo reporta un caso, usted debe revisar el cabello de su niño cada 3 a 4 días para detectar posibles signos de piojos. También, enseñe a los niños a no compartir artículos que se utilizan en o cerca de la cabeza, como sombreros o bufandas, peines y cepillos, o cascos de bicicleta.
Al reforzar estos hábitos en el hogar, le vas a dar a tus hijos una base sólida para una vida larga y saludable.